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CONTADORES QUE CUENTAN: MAGDALENA

Blog de Memory

Nadie en mi familia es Contador. Mis padres y mi hermano son Ingenieros Civiles. En el liceo, cuando tenés que decidir qué orientación seguir, conocí a los hijos de unos amigos de mis padres y ellos me empezaron a contar qué hacían: se dedicaban a la auditoría, y me acuerdo que le pregunté a mi madre qué carrera era, porque yo quería hacer eso.
Ciento que tengo dos carreras, no sé si me gustaría vivir sólo del teatro, es como que necesito el balance entre la actuación y la contabilidad. La gente que me conoce como contadora y se entera que soy actriz se sorprende, porque son dos cosas que no pegan.
En el Crandon, a partir de tercero de liceo podes hacer el curso opcional de teatro. Yo lo hice todos los años, hasta sexto, con casi todos mis amigos del liceo. Ensayábamos durante el año una obra y a fin de año la estrenábamos. Cuando arranqué facultad, mi madre y mi hermano me preguntaron si no iba a hacer más teatro que me gustaba tanto. Ahí averigüé varias escuelas y me anoté en la Italia Fausta. Hice los cuatro años a la misma vez que iba a facultad. Nunca dije que iba a dedicarme al teatro, pero el ambiente es chico, te conocen, te empiezan a llamar y hasta ahora, todos los años he hecho una obra. Mis padres siempre me re apoyaron.
La actuación, para empezar es divertido, porque es como jugar a ser alguien que no sos. En calidad humana es super importante; ensayas con personas y te terminas volviendo amigos, porque los ves todos los días, unas cuantas horas y aparte exponés un montón de cosas, superas muchos miedos, haces muchas búsquedas internas para encontrar a los personajes. Se genera algo tan lindo humanamente con los compañeros, con el director, el equipo técnico. Nunca me pasó de llevarme mal con alguien de un elenco, por suerte. Es como estar entre amigos haciendo algo que te gusta.
La primer obra para la que trabajé fue cuando estaba en tercero de la Fausta y Omar Varela, que era el director en aquel momento, y el profesor del primer año, me llamó para hacer un papel. Yo estaba copada. Fue con Rosita Freiría y Julio Frade, éramos solo nosotros tres. Para mí fue re copado estar con esos dos grosos. Se trataba de Julio que era el protagonista, que era un profesor de música, y Rosita era mi madre que me llevaba a tomar clases con él. Ellos unos genios, me trataron divino, siempre dicen que son mis padrinos artísticos.
Elegir un solo personaje que más me haya gustado es difícil, porque uno se encariña con todos. Ahora estamos en una obra que la venimos haciendo desde el 2015, la repusimos el año pasado y ahora quedamos en el programa del Fortalecimiento de las Artes de la Intendencia, que consiste en llevar varias obras a distintos barrios de Montevideo y la entrada para las personas de esos barrios es gratis. Se llama Los heridos y somos 7 pacientes psiquiátricos y un doctor, que nos hace una terapia guiada en la que tenemos que actuar, entonces es como una actuación dentro de la actuación. Es la locura pero tratada con mucho respeto y mucho amor; nos entrevistamos con gente para conocer las patologías y estudiamos pila. Además, el elenco es precioso, actoral y humanamente. La obra es divina y te re encariñas. Si bien hay una historia que seguir, cada uno eligió la patología que quería, entonces cada uno estudió para imaginarse como es la vida de una persona que está en esa circunstancia. Mi personaje se llama Elsa y es una muchacha que tiene miedo a todo, es muy insegura.
Serie de entrevistas sobre contadores que tienen un hobby, una pasión o una profesión adicional. Contenido de marketing para Memory. Esta entrevista salió en junio de 2017 y el artículo original se puede encontrar aquí: https://www.facebook.com/notes/memory/contadores-que-cuentan-sof%C3%ADa/10155665890953623/

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